Majadahonda ha creado una oferta gastronómica amplia donde podemos encontrar restaurantes muy diferentes y de cocinas dispares, entre ellos dos establecimientos destacan en la calle Goya, Salterius y Armónico, ambos de los mismos propietarios, hoy visito Salterius.
Salterius es un proyecto que nació en el año 2003, con pretensiones y dimensiones más humildes de las actuales y en otra ubicación. Una destacada barra abre el local, seguida de una preciosa sala para comer de forma desenfadada, para los amantes del <picar algo>. Aquí la distancia entre mesas permite disfrutar con seguridad y de forma muy cómoda de comidas y cenas.
A lo largo de sus grandes ventanales podemos ver la impresionante terraza que toma la calle en dos franjas, donde calefactores individuales garantizan la temperatura apropiada cuando llegue el frío, una inversión que los propietarios veían imprescindible en estos momentos en los que los clientes piden comer al aire libre.
Desde sus inicios Saterius ha sido gestionado por sus creadores Carolina y Félix, una pareja que pone cariño en cada decisión que toma, que no han escatimado nada en hacer las cosas con gusto y pasión y donde el producto manda.
El espacio de sala principal se divide tres salas, separadas por alturas y paneles divisorios, lo que permite establecer distancias enormes entre mesas. La cocina vista destaca en la primera de estas divisiones.
Un olivo preside el centro de la sala principal, un espacio relajado y más sofisticado, donde velas de diferentes formas y calibres dan un ambiente muy especial al conjunto.
Al mando de su cocina se encuentra el muy joven chef gallego Diego Iglesias, los vecinos del norte de Madrid pudieron ver su anterior trabajo en el Restaurante La Casita de Torrelodones.
No falta en su carta un clásico de clásicos, las croquetas, el chef hace unas <croquetas de carabineros> en formato de aperitivo donde le da una vuelta en presentación y emplatado e incorpora una corteza de naranja caramelizada que le aporta al conjunto ese punto cítrico tan diferente.
En el servicio del agua me gusta ver en la mesa AGUAVIVA, el agua filtrada más reconocida para hostelería, una apuesta que los propietarios de Salterius quisieron hacer por la sostenibilidad, la conservación del medio ambiente al minimizar el impacto de la producción de botellas no reciclables y cartón innecesario, así como el consumo de combustibles de transportes no necesarios y el evidente ahorro de espacio de almacenaje de botellas.
Dejamos que nos sorprendan y nos proponen el vino Briego Fiel Edición Limitada elaborado con la variedad Tempranillo 100%. Sus notas de frutas de bosque unidas a la mineralidad que lo caracteriza, junto a balsámicas, pimienta, licor y aromáticas lo hacen ideal para nuestra comida.
Y como primer entrante su propuesta es una <Ensalada de brotes tiernos, tomate confitado y quesos gallegos> cuidada combinación de resultado muy interesante, donde los puntos crujientes, vegetales y lácteos me gustan para comenzar.
Le siguen unas <Flores de alcachofas confitadas con cítricos>, y agradezco el producto de temporada, al que el chef aporta ese gusto de los cítricos que compensan su amargor, sin interferir en el producto que se expresa por sí solo.
Más producto de temporada otoñal, el chef propone ahora un <Carpaccio de boletus con vermú y alga codium> aquí el aporte del vermú exalta la base de ese suave sabor dulce de avellana propio del hongo, la nota salina y aterciopelada que nos recuerda al percebe que encontramos en el alga codium cierra el círculo de un plato adictivo.
Notas anteriores se extienden al siguiente plato, será con la siempre bien recibida <Merluza con pil pil de boletus y angula de monte> con una suave crema llevada a un delicado pil pil del hongo que ya hemos degustado antes, ahora suma una parmentier de patata en la base que le da el punto aglutinante a una excepcional merluza en su punto exacto de cocción, el remate de la cantharellus lutescens, la trompeta amarilla o angula de monte refuerza esas notas otoñales tan sutiles y agradables.
Seguramente el tener tan cerca el monte y montaña de la sierra de Madrid hace imprescindible en este menú otro punto otoñal, la caza, la incorpora el chef en un sabroso <Arroz de perdiz> donde setas, y un siempre brillante tomillo ilustran esta escena de monte. Y esta presencia de la caza no es una licencia poética que me he permitido, Majadahonda tiene hasta hermoso jabalís que de vez en cuando se pasean por sus urbanizaciones.
Se apunta el chef al combate de la mejor tarta de queso del país, es su <Tarta de queso 15´> que se funde en la boca por su extrema suavidad y cremosidad. Me quedo con ganas de probar el Coulant de chocolate con elixir de fresas y helado de mascarpone, lo haré a no mucho tardar y os lo contaré.
Termina así mi camino hoy en las cercanías de la capital, Majadahonda siempre me recibe con cariño. Sigo en mi obstinación de apoyar al sector de la hostelería en todo el país, aunque algunos políticos culpen a este sector de su negligencia y falta de capacidad e imaginación para resolver los problemas que les compiten, ya hemos demostrado muchos y con evidentes cifras que este sector no es culpable de los aumentos de casos y si hay establecimientos, a los que todos conocemos, que incumplen las normas que se castigue a esos negocios. Mientras un restaurante esté abierto en España seguiré este camino, pronto más…
Calle Goya, 1, 28222 Majadahonda, Madrid, Spain