Andaba yo pendiente desde hacía mucho tiempo de realizar este viaje por tierras castellanas y una invitación de mi amigo el incansable Rubén Valbuena ha sido el detonante para acudir sin excusas.
Con la lluvia como compañera parto de Madrid en tren, una insignificante hora de viaje que no me ha permitido casi encender y apagar el ordenador me pone en la estación de Valladolid CG donde diligentes y puntuales ya aguarda Rubén y su socio Jesús Lobo.
Ha querido Rubén que nuestra primera parada del día sea en la Huerta Luis San José, aquí se está iniciando la temporada del espárrago, estamos en Tudela de Duero.
A mis amigos chefs este nombre les suena y mucho, no en vano Luis ha servido a lo más granado de la gastronomía española e internacional, Ferrán Adriá fué en sus últimos 8 años de El Bulli cliente de Luis y de él llego a decir que sus espárragos eran los mejores que había probado. Pillamos a Luis montando la nave para la campaña que viene de forma inminente.
A pesar del cerrado cielo y la constante lluvia Luis nos quiere enseñar sus tierras que andan tapadas con plásticos para proteger sus joyas ecológicas blancas, su secreto es una magnifica y fértil tierra regada por los canales del Río Duero y un tratamiento 100% ecológico desde el principio al final.
Incluso las labores de labranza se realizan con estos dos fuertes mulos que por ahora y a salvo de la lluvia pasan tranquilos su tiempo de descanso comiendo forraje verde que Luis les da con cariño.
El paisaje me invita quedarme pero la ruta debe continuar, una Garza Real majestuosa me despide con su elegante vuelo, su presencia manifiesta el equilibrio biológico de la zona.
Hoy el campo es de los caracoles que andan muy afanados en moverse por ramas y plantas.
No quiere Luis que marche sin llevarme sus preciados espárragos, presente que agradezco y llevo como oro en paño para consumir en una ocasión muy especial. Ellos son testigo del buen trabajo de un productor de agricultura ecológica que cada año da vida a uno de nuestros más singulares productos herbáceos y perennes.
Aunque no es lo único que produce Luis, calabas y otras delicias del campo forman parte de su abanico de productos ecológicos. Alucinado me voy de ver los espárragos, crudos me los hubiera comido a no ser por la tierra, espero que los chefs y distribuidores inunden España de sus espárragos ¡me fascinan! Me marcho deseando a Luis mucha suerte con esta campaña y esperando que no se lleven los alemanes todas sus joyas.
Prominente, inalterable al paso del tiempo ya veo desde la carretera nuestro siguiente objetivo. El Hotel Abadía Retuerta Le Domaine.
Una torrencial lluvia nos recibe y mi inquieta imaginación me lleva a la edad media allá por el 1145 cuando esta abadía toma forma, dos nada más sobrevivieron a la destrucción napoleónica, y ha sido declarada Bien de Interés Cultural por el estado español.
Mal día hemos elegido para visitar este lujoso espacio, hoy llega su propietario y andan muy ocupados todos preparando el recibimiento. A pesar de todo hacemos una visita rápida con el chef Pablo Montero.
Primero visitamos el Restaurante Refectorio, antiguo comedor de los monjes que ha sido brillantemente restaurado como el resto de la abadía. Los restos de un bello fresco con la escena de la última cena preside el comedor.
La Vinoteca ha sido su última apertura, un espacio acogedor, contemporáneo y donde el vino es el protagonista.
Visita obligada es su bodega, muy cerca del hotel. Realizamos un recorrido para descubrir los secretos de la mítica bodega que produce unos caldos de reconocido prestigio.
Inmensas y tecnológicamente muy avanzadas sus bodegas impresionan a cuantos las visitan, sus OVI (objetos volantes identificados) favorecen el desplazamiento del mosto en todo el proceso de elaboración de los vinos, volando por la bodega de un lado para otro.
Aunque lo realmente sorprendente es su original sala de barricas, su disposición vertical impide en movimiento de los vinos en todo el proceso de crianza.
Pero lo mejor como siempre llega en el momento de la cata, En primer lugar catamos su Selección Especial 2009 , continuamos con Pago Garduña Syrah y terminamos con su sorpresa del día, un impresionante Petit Verdot que viene a demostrar la merecida fama de estos vinos de alta calidad, elegante y con esos toques a café y torrefacto que tanto me gusta encontrar en el vino.
Pero «el vino sin yantar los sesos puede calentar» así que nos vamos a comer y Rubén me quiere llevar a un sitio muy especial para él, quiere sorprenderme a toda costa y su primera propuesta es el Restaurante Dámaso, un pequeño e interesante espacio donde nos recibe su propietario y chef Dámaso. Rubén y él tienen una conexión total y me hacen pasar una comida genial donde el buen humor y la risa es nuestra compañera en todo momento.
Pero además de reír vinimos a comer y lo hicimos realmente bien, a Dámaso le dedicaré un post entero, a su gastronomía y su servicio en sala para no hacer de esta ruta un viaje sin fin, os dejo con uno de sus impresionantes platos de verduras, verduras que solo aquí se pueden comer, entre ellas los espárragos de la Huerta Luis San José.
Después de conocer en Madrid la Vinoteca Señorita Malauva quiero aprovechar mi viaje para conocer el espacio donde nació este revolucionario concepto que ama el vino y lo muestra sin vergüenza y sin el clasicismo propio de otros lugares. Hoy conoceré a su creador, Gustavo.
La vinoteca de Madrid mantiene y conserva la filosofía y estética de esta primera abierta en pleno centro de Valladolid.
Moderna, desenfadada y hasta descarada es sin duda un nuevo concepto de vinoteca que tiene muchos adeptos y ofrece además de vinos otros productos de gran interés culinario. Tratados como joyas los vinos descansan no solo en la pared, también en estos muebles como si joyas fuesen ¡que lo son!
Ha sido un placer escuchar al revolucionario Gustavo, lo tiene muy claro y seguro que tendremos proyectos conjuntos en el futuro ¡mucha suerte a Señorita Malauva!
A pocos pasos se encuentra nuestro siguiente espacio a visitar, la tarde toca a su fin y ponemos ganas para nuestra siguiente parada gastronómica, nos reciben los hermanos Martín Quiroga en su moderno MQ Gastrobar, la tentadora barra nos invita a sentarnos frente a ellos mientras preparan y bromean con nosotros, Marcos y Nicanor son ágiles hasta vacilando y descubro que Marcos es jugador de poker, abiertos, divertidos y sencillos pronto me hacen sentir en casa.
Una memorable cena que será relatada en un post exclusivo sobre MQ Gastrobar cerrará un día brillante en estas tierras de Valladolid, la lluvia ha cesado y me dispongo a reposar tan buenas viandas.
Amanece el segundo día y comienzo madrugando para seguir el ritmo de Rubén que me sugiere conocer a los artesanos del pan más grandes de Castilla, afincados en Ávila pero con despacho en Medina del Campo. Llegamos a su plaza mayor cuando algunos vecinos ya andan paseando, su edificios principales están engalanados para las celebraciones de Semana Santa.
Un pequeño pero muy cuco despacho de pan artesano nos recibe en plena descarga, sus panes llegan del horno de Avila recién horneados, es la panadería Flores y Jiménez.
Un gustazo ver estos panes gigantes con mil formas, todo un lujo que se está perdiendo y que debemos intentar conservar ante la globalización de los alimentos, pagar unos céntimos más por un pan realizado artesanalmente merece siempre la pena.
La filosofía de lo artesanal, de lo auténtico, se extiende en este despacho de pan a otros productos dignos de mención como los quesos artesanos de Granja Cantagrullas o la miel de las altas montañas de Asturias del FAPAS.
Me despido de estos artesanos del pan contento, una preciosa manera de empezar el día. Nuestra siguiente parada serán las tierras de una bodega que anda haciendo mucho ruido por todo el mundo.
Comenzamos nuestra visita de la Bodega Belondrade para descubrir sus instalaciones, aquí comienza la magia del vino una vez recolectada la uva y seleccionada.
En la nueva y flamante sala de barricas descansan los caldos en momento de su terminación en un curioso proceso que da cada año un vino diferente con matices cambiantes respecto a años anteriores.
Lo que no está terminada es su nueva sala de cata y nos vamos a la provisional, original y colorista donde ya nos aguarda todo el equipamiento para degustar sus elaboraciones.
El primero en ser catado en Clarisa Belondrade 100% Tempranillo que lleva el nombre de la hija de Didier Belondrade. Alegre y fresco me dicen que triunfa donde va y que gusta mucho en Ibiza.
Continuamos con Apolonia Belondrade, 100% Verdejo, un blanco que hace la introducción a su estrella absoluta.
Descorchamos Belondrade y Lurton y en su interior encontramos un sorprendente blanco 100% Verdejo con 10-12 mese de crianza y 6 meses en botella. Su fama la tiene bien merecida.
Nuestra cata termina con otra agradable sorpresa. Un aceite de Lleida, la tierra de mi padre, con suaves matices afrutados que Belondrade ha seleccionado para su distribución por la similitud de suelo y condiciones ambientales donde se crecen sus cepas, su nombre es COQ. Y con esta variada cata y precioso bodegón nos ponemos de nuevo en marcha.
La mañana se termina y nuestros estómagos empiezan a pedir el aperitivo, hacemos parada en un sorprendente bar que es muy famoso por estos lares, Rubén me cuenta que no es raro ver incluso estrellas del cine y de la música haciendo parada en viaje. Os hablo de Casa Lola Bar Leones, un autentico espectáculo de todo tipo de productos artesanos de toda España y una fastuosa bodega donde podemos encontrar los más famosos vinos de esta tierra y de todo el país.
Mi viaje toca fin y me alegra saber que Rubén me ha dejado como sabor final y recuerdo de este viaje uno de sus templos de la gastronomía local, La Botica de Matapozuelos, nos reciben Alberto y Miguel Ángel de la Cruz, hermanos y sumiller y chef respectivamente. Reservados al principio y amables atienden a todas mis preguntas, hace mucho tiempo que quería visitarles y tengo mucho que preguntar.
Damos comienzo a nuestra comida en el precioso salón de La Botica, llamado así por albergar el mueble auténtico de la Botica de esta antigua casa de labranza.
Un post dedicado a esta comida contará lo que probé y disfruté donde por supuesto no faltaron sus famosa piñas, en el caso de esta foto «Escabeche de Codorniz y zumo de Piñas Verdes» ¡sencillamente emocionante!
Después de la comida donde no han faltado originales vinos, incluso de producción propia, Miguel Ángel me cuenta sus proyectos entre los que se encuentra la inminente aparición de su preciado libro «El Cocinero Recolector y las Plantas Silvestres», una joya que no faltará en mi basta colección de libros de gastronomía y donde tendrá un lugar muy especial. Por ahora Miguel Ángel me regala una introducción del libro que me parece espectacular, con imágenes de plantas clasificadas a modo de herbario y recetas con dichas hierbas y plantas. Me despido de ellos con la piña que ha dado la vuelta al mundo la imagen de su restaurante, me la llevo congelada para experimentar en casa lo aprendido hoy.
Y siendo quién es mi cicerone la última visita será para una quesería que Rubén me quiere enseñar, con una cámara de maduración impresionante donde se almacenan una inmensa cantidad de quesos.
Su propietario muestra orgulloso el trabajo de cada día apilado en sencillas estructuras de madera, estamos en las instalaciones de Campoveja en la población de Serrada, una quesería creada en los años 50 y que hoy mantiene intacta su forma de hacer quesos.
Con el sabor de sus quesos semi-curados y añejos termina mi viaje, pero sin olvidar el sabor de los que crean cada día mi buen amigo Rubén Valbuena y su socio Jesús Lobo en Granja Cantagrullas a los que agradezco de todo corazón este impresionante viaje al sabor autentico de Castilla en el termino de Valladolid. Me marcho sabiendo que me queda mucho por ver y con la seguridad de mi regreso muy pronto ¡gracias a todos por vuestro recibimiento, gracias a todos por hacer posible productos auténticos, producciones ecológicas y por mantener sabores únicos!
Más en www.viajacomoquieras.com y www.imagenlimite.com