Tiempo hace que no pisaba las tablas del madrileño TATEL del madrileño Paseo de la Castellana, primer local de la cadena creado por el Grupo de Empresas Matutes, por el empresario Abel Matutes Prats, ahora perteneciente a la filial hospitality de Mabel Capital que cuenta como socios con Rafael Nadal, Abel Matutes Prats y Manuel Campos Guallar. En su momento (2015) la inversión fue de dos millones de euros y supuso toda una puesta en escena con Rafa Nadal, Pau Gasol, Rudy Fernández y el cantante Enrique Iglesias como socios, después sucesivas aperturas más o menos acertadas en diversas ciudades y países han conformado la marca.

Y regreso para ver en acción a un cocinero viejo conocido al que he seguido la pista durante mucho tiempo, es el Chef Julio Miralles, actual responsable de los nuevos designios de la futura cocina TATEL nacional e internacional, y que viene a ingresar estas filas después de su paso por el legendario Restaurante Zalacaín, que cerró sus puertas durante la pandemia.

Pero la carrera de este sencillo, infatigable y humilde cocinero está trufada de experiencias internacionales y de liderazgo de varios equipos simultáneos de cocina, es un gran profesional al que las pilas nunca le fallan.

Aunque sus logros en la cocina son muchos seguro que la mayoría le reconocerá por su presencia en el famoso programa Top Chef donde demostró, en formato televisivo, sus muchas capacidades junto a los muy famosos Alberto Chicote y Paco Roncero**. La presencia de Miralles en las cocinas de TATEL puede suponer un importante cambio para la cadena, donde la palabra calidad en sus cocinas será una norma, si se le permite hacer su trabajo y seleccionar un producto de calidad como así parece.

Manos a la obra, comienzo con el aperitivo que afortunadamente no ha cambiado desde su apertura en 2015. Un hijo de padre catalán como soy yo lleva en su ADN el pan tumaca y siempre es una alegría que me pongan en la mesa los ingredientes para poder disfrutarlo, por supuesto con un tomate de temporada siempre es mejor.

Le dejo a Julio que seleccione los platos a comer y abre fuego con unos impecables <berberechos>  y es que a este chef le ha definido siempre precisamente la selección del producto, lo tiene claro, intervención mínima, máxima calidad, no se puede pedir más.

A continuación otro molusco bien pertrechado, mejillones que adereza el chef en una salsa de perfecta factura.

La bodega, bien gestionada por Jorge Manzanedo, sumiller y manager, guarda una interesante selección de vinos nacionales e internacionales. En nuestra mesa tomaremos un Ramón Do Casar, elaborado con las variedades de Treixadura, Godello y Albariño, descubre sus características notas de eucalipto, manzana verde, melocotón, cítricos y piña.

Quiere Julio que pruebe un plato que aún no está en la carta, <Huevo de oca con steak tartar de vaca rubia gallega Discarlux, parmentier y trufa> un plato que va a triunfar sin duda, con esa parmentier como mandan los cánones de la cocina francesa, iluminada con la imprescindible mantequilla, y un producto de base de primera división. Ya tengo claro que cuando las oficinas regresen a su actividad normal, en esta arteria principal de Madrid, Tatel se va a quedar con todos los ejecutivos de la zona, al tiempo…

En la vida y filosofía de Miralles la cuchara es discurso fundamental y lo demuestra con sus grandes guisos, me ilumina cara y alma con estas <Verdinas con carabineros> de las que no dejo ni el aire. Versado en el arte de las guisanderas no quiere el chef que el arte de tradición popular se pierda, decisión que alabo y agradezco. Y pondrá punto final a la comida, aunque bien querría Julio que probara su chuleta, será otro día que el buche anda lleno y quedan muchas comidas y cenas estos días y la mesura se impone siguiendo los consejos de don Quijote a Sancho Panza: «Come poco y cena más poco que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago».

No puedo cerrar la crónica sin la imagen de parte del equipo de sala, los inseparables Jorge Manzanedo (sumiller y manager) y David Aguilar (Restaurante Director), esa parte imprescindible y engranaje clave del buen funcionamiento de esta impresionante sala que ya está sirviendo a más de 150 comensales en estos, lo cual es una esperanza para el sector en Madrid.

Trabajo le queda por delante a Julio Miralles con varias aperturas sorpresa en la capital y otras tantas internacionales, y la noticia de que TATEL se queda también con el gran local gemelo al otro lado del portal que fuera de Pedro Larumbe. La unión de esos dos locales lo convertirá en uno de los más grandes de la ciudad y retornará a tiempos pasados cuando eran un único restaurante, que yo frecuentaba con gusto, de los primeros japoneses de la ciudad, Suntory.  Toda la suerte del mundo para este gladiador de las cocinas, ahora más templado y taimado que nunca, valor y fuerza Julio.

TATEL Madrid

Paseo de la Castellana, 36, 28046 Madrid
 +34 911 72 18 41

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