Ser joven y tener las cosas claras en muy bueno, es el caso de la cocinera Lucía Gravalos que se define como embajadora de la cocina Riojana. Inquieta, de mirada traviesa, decorada con coloristas tatuajes que lanzan mensajes en su cuerpo, así es una chef que quiere conquistar Madrid con sus propuestas nacidas en Calahorra donde tiene su primer local, es el Restaurante Mentica Gastronómico.

 
Lucía ha tenido buenos maestros con visiones muy diferentes de la cocina, empezando por el único cocinero español que tiene doce estrellas Michelin, el gran Martín Berasategui, pero también ha bebido las mieles de Dani García y de Álvaro Salazar. Esto ha permitido que trabaje en lugares de España bien diferentes, Lasarte, Mallorca, Málaga, Logroño y Calahorra. Ella dice que está muy ligada a la costa y a la pastelería lo que supone un buen punto de partida.
Abril de 2021 es la fecha de apertura de su proyecto madrileño donde la cocinera dice querer “conquistar los paladares del público madrileño a través de las bondades e infinitas posibilidades de la huerta riojana”.
Un local cuidado, con notas naturales en su decoración, define bien los gustos de Lucía y Steven que son socios en este proyecto.
Maestro coctelero y sumiller, Steven Zuluaga, es el creador de la carta de cócteles y el responsable de la bodega.

Sus creaciones son originales cócteles clásicos donde la verdura se adueña de la esencia de todos ellos, con propuestas efectistas como el cóctel de pimientos o el de alcachofa, entre otros.

Y es en ese momento en el que podemos comenzar nuestro viaje por este espacio gastronómico, en su barra de la entrada que además hace las funciones de espacio de venta de productos de la tierra de Lucía.
Ya en mesa comienza el recorrido con unos besos de mantequilla, aunque cambie la forma la influencia es evidente, un homenaje en la apertura a su maestro Martín Berasategui, lo aprendido lo evolucionarás… mi querido Martín cuando le digo que he visto un plato suyo en cualquier parte del mundo me dice «que me imiten siempre es bueno, lo malo sería que nadie quisiera seguir mi camino».
Acompaña la comida una de las joyas enológicas de Ribera del Duero, PSI 2017, elaborado con 90% Tempranillo y 10% Garnacha, con notas emocionantes de fruta negra y roja, especias, regaliz y balsámicos. Su carta de vinos presenta 80 referencias, de las cuales el 80% son vinos de Rioja y algunos internacionales.
Su `Matrimonio Riojano´, que es un evidente guiño al conocido matrimonio de anchoa y boquerón que se puede encontrar en muchos de los locales de la mundialmente conocida Calle Laurel de Logroño, abre los aperitivos.
Bajo un aire que lo cubre todo se encuentra la `Ensalada de tomata de Calahorra´, con lechuga en texturas, anchoas, ventresca, esferificaciones de balsámico y helado de aceituna. La tomata de Calahorra es un tomate que se cultiva en La Rioja, en la rivera, muy carnoso, muy irregular y muy sabroso.

Tres platos me han sorprendido del menú, el primero es su `Coliflor con bechamel ahumada, caviar y su crujiente´, se trata de una Coliflor Calagurritana guisada en mantequilla Noisette y bechamel ahumada con caviar de esturión y su crujiente. Valoro mucho cuando un cociner@ es capaz de hacer que me guste una verdura como la coliflor, es el caso.

El siguiente plato es el que más me gustó de su menú, por la originalidad, la contundencia del sabor y la textura de todos los elementos que componen el plato, de 10. Es su `Marmitako Riojano´. Un trampantojo de la receta tradicional de las patatas a la riojana elaborado con Atún Rojo Balfegó.

La Chef alcanzó con el siguiente bocado `Oreja de cochinillo´ el pincho ganador Delantal de oro 2017, otorgado por el XVI Concurso de Pinchos de La Rioja, iniciativa organizada cada año por La Rioja Capital y otorgado por el jurado integrado por los hermanos Torres, Francis Paniego, Ramón Roteta y Mikel Zeberio. Este pincho llamado en su momento `oído cocina´ se come con las manos, arrastrando la salsa, y tiene como base una salsa riojana de larga cocción, de potente sabor y toque picante. La oreja de cochinillo tiene una ósmosis con aceite de alegría riojana (guindilla originaria de la comunidad autónoma de La Rioja) y una cocción de más de doce horas, se finaliza con un golpe de fritura a gran temperatura.

Y vamos con el tercer plato que me ha gustado más, es su `Chuletilla de cordero´, rellena de lecherillas (glándulas que cuelgan del cuello de los corderos, también llamadas mollejas), queso riojano, alcachofas y la reducción de sus huesos. Un plato donde términos muy riojanos como las lecherillas definen el territorio de la cocina tradicional de la que parte la cocinera. Recio, contundente de sabor, es aquí donde se puede apreciar el arraigo a las ollas de su abuela.

Al llegar al momento del postre la chef presenta su momento dulce más verde con `Cromatismo verde de la huerta´ llevando nuevamente sus orígenes gastronómicos al final de la comida con un cromatismo donde comen ojos y boca.

Las estaciones son para quedarse con las que uno adora, así lo hace Lucía con su `Paisaje otoñal´ donde vainilla, café y chocolate son los protagonistas en una composición de crema líquida de café, una mousse de chocolate cuajado al horno, helado vainilla, frambuesas, garrapiñadas y virutas de chocolate.

Los ojos de Lucía esconden esa niña inquieta convertida en una mujer guerrera, con las ideas muy claras y muchos deseos de agradar con su cocina, les deseo a ella y a su socio la mejor de las suertes en este exigente Madrid que siempre está ávido de novedades y propuestas valientes

Restaurante Mentica Gastronómico

Calle de Sagasta, 12, 28004 Madrid

912 88 20 95